La estética de la piedra natural para fachadas ofrece un resultado magnífico. Más allá del diseño conseguido a base de este noble material, lo cierto es que el paso del tiempo se presenta tarde o temprano como un factor de desgaste al que las fachadas no son inmunes, ni tampoco las de piedra natural por muy robustas que parezcan. Y además, son grandes y repletas de elementos arquitectónicos en la mayoría de los casos como son las ventanas, pórticos, balcones o terrazas. . Las hay tipo cortina o pared cuando son laterales o traseras y entonces la limpieza y el mantenimiento es más sencillo.
Los materiales en piedra natural van a resultar diferentes como lo son las propias piedras que son la cara exterior del edificio. Entre ellas podemos destacar las más utilizadas para mampostería de fachadas y éstas van desde el gneis, la cuarcita, la pizarra, el pórfido o el granito, que son denominadas de naturaleza dura. A la categoría denominada como piedras blandas para fachadas se encuentran las calizas, las areniscas, el travertino y el mármol. Y todas ellas tienen diferente grado de porosidad y tonalidad, lo cual les hace tener una calidad y unas características que sin duda hay que tener en cuenta para su limpieza y mantenimiento.
No es habitual que un particular acometa estas tareas si no es porque se trate de una fachada regular de tamaño y lo suficientemente accesible. No obstante, en tiendas especializadas y en talleres de marmolistas hay toda clase de productos destinados a pulimentar y embellecer la piedra natural.
Por último, si se trata de una comunidad de vecinos o un Administrador de Fincas que precisa limpieza y mantenimiento de fachadas con piedra natural, lo mejor es ponerse en manos de empresas del sector. Primero, por razones obvias de la superficie en altura que requerirá trabajos en andamios posiblemente, y además porque los profesionales aplican los productos idóneos para cada tipo de piedra y los problemas que pueda presentar.
Algo básico como saber que no se pueden usar ácidos para limpiar mármol o granito. Ambos tipos admiten desoxidantes que lo devuelven a su estado natural. En general, los tratamientos van desde los limpiadores, decapantes, tratamientos de la superficie y protectores, entre los que se incluyen los selladores, antimanchas, hidro-fugantes, hidro-repelentes, oleo-repelentes, anti-moho, anti-algas y anti-filtrantes. Según el caso, se pueden requerir resinas, masillas y pegamentos.
