Cada estancia de una casa o de un edificio necesita de una rutina de limpieza diferente. Es importante por eso conocerlas todas para no dañar las superficies más delicadas al realizar estas acciones de forma incorrecta. Por ejemplo, los falsos techos desmontables, muy comunes en los edificios de uso no doméstico y muy útiles para ocultar cables y conducciones de aire y gas, suponen la solución más estética sobre todo en oficinas y otros locales también para mejorar las medidas de seguridad contra incendios u optimar el confort acústico.
Sin embargo, para mantener limpios estos falsos techos conviene conocer el material en el que han sido fabricados. Los más comunes son los de aluminio, que además no sufren deterioros con el paso del tiempo, los metálicos, los plásticos, los de madera y los de vidrio. Así pues, conviene adquirir productos concretos para cada tipo de techo en las tiendas especializadas para la limpieza y mantenimiento de estos materiales para acontecer con el acabado deseado.
Para la realización de esta tarea, además se necesita el uso de indumentaria acondicionada para esta actividad como la ropa que repele el polvo y los líquidos, así como de las herramientas específicas por la altura y los productos químicos a utilizar como palos telescópicos, pinzas, esponjas químicas y una bomba eléctrica con un sistema de micro-pulverización. También conviene proteger los muebles con una sábana para evitar dañarlos.
Antes de empezar con las tareas de limpieza es necesario inspeccionar algunas zonas del falso techo como las salidas de aire acondicionado para conocer previamente si necesitan de una limpieza a fondo con un cepillo o una esponja química. Los tubos fluorescentes también se tratan aparte, para lo que es necesario su desmontaje para limpiar con una bayeta humedecida en agua y un producto específico para cristales con pulverizador antes de volver a montarlos.
Para limpiar el techo deberemos mezclar los productos de desinfección con agua para introducir la mezcla en la bomba. Se aplica el combinado en el techo desmontable a unos 30-40 cm de distancia haciendo hincapié solo en las láminas que forman el techo e ignorando el cableado que pueda existir en su interior para no dañar ningún componente. Estas acciones no se realizan de forma rutinaria por lo que los trabajos de limpieza de falsos techos desmontables suelen ser tarea de los profesionales de empresas expertas del sector para conseguir resultados de mayor calidad.
